Amor, odio, placer, olvido, amor.. amor... amor...
No desgastemos más esas palabras que de tanto ser dichas y pensadas se van convirtiendo como en hoyos profundos, sucios y huecos.
Silencio, eso necesitamos todos por un momento, silencio de ser nada, de volverse lenta y serenamente un misterio más por resolver aún sabiendo que no hay ecuación ni fórmula que nos de la respuesta. Silencio para observar y escuchar el mundo que cruje como mueble viejo.
Castigos impunes se despiertan y son asesinados a los tres pasos, víctimas siguen cayendo, narcos siguen matando, violaciones, asaltos, corrupciones disfrazadas seguramente ya te han secuestrado hasta el cerebro, granadas explotan al unísono del grito de independencia y si no te cuidas mañana te dan la gracia de un balazo, multitudes lloran, caminan, exclaman, gritan vistiendo en silencio y marchando de blanco, proclaman justicia y la justicia la van pisando en el asfalto.
Ciudades inmensas, palabras que van perdiendo el significado, unos se van de casa y otros vuelven en ataudes del otro lado. El verde de los verdes, dueño de mas de la mitad del mundo sigue y sigue cayendo, bolsas rotas de jeans apestosos y viejos. Estatuas oxidadas de aquellos heroes que jamás existieron, de esos que hacen falta y uno intenta encontrar en noches de desvelo.
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