He caído

"Siempre hay un poco de locura en el amor, siempre hay un poco de razón en la locura"

Entre llanto, empujones y gritos le damos en la madre a todo lo que alguna vez construimos. Ese día desperté con mi apasionado afán de verte y comerte a besos, a miradas, a "te amos"; buscaba la oportunidad de permanecer contigo sin nada que nos agobiase como últimamente había sucedido. Sería inutil explicar todo con lujo de detalles, sería innecesario y una tortura pues apenas logro construir frases y caminar por las calles que me recuerdan a cada esquina un pedazo de nuestra historia, apenas mi mente logra concebir todo aquello que jamás creyó sucedería contigo y conmigo.

Tus ojos llenos de fuego y enojo asesinaron mi alma, tus frases hirientes, tus sonrisas burlonas, tu petición acompañada de violencia desmedida de alejarme para siempre de tu vida me partió como no puedes imaginarlo. Enloquecimos, locura...., y enmedio de esa locura tormentosa te dije que te amaba como a nadie en este mundo, te entregue esas palabras benditas y que no sirvieron de nada, esas palabras benditas como el amor que nació en mi luego de una relación hermosa que terminaste definiendo como resultado de lo que yo quería, es decir, ¿todo estuvo siempre en mi mente?, ¿esa concepción que tuve de ti fue producto de mi estúpido anhelo de amarte? Esas veces que haciamos el amor y nos jurabamos amor eterno viendonos a los ojos, en medio de un orgasmo, o a punto de dormir abrazadas en tu cama ¿fueron nada? . ¿De verdad así se van ? ¿Así las dejas ir? ¿Así termina el amor verdadero?

¿En dónde quedan las risas y las horas en las que me sentía la mujer mas feliz del universo?, se esfuman como el humo de ese cigarrillo que mis manos temblando sostienen en medio de una catarsis de tristeza; mi mundo se colapso en un instante de íra, págo las consecuencias de amarte tanto, págo las consecuencias de tener el corazón tan frágil como un cristal que se destroza al menor golpe. Y en esta locura no hay razón alguna que me deje respirar tranquila, que me devuelva un poco de calma, que me haga jurarme viéndome al espejo que todo estará bien tarde o temprano.

Me muero, veo mis ojos apagarse y quedarse sin brillo, veo mi ceño fruncido y la debilidad en mis oidos que no pueden escuchar dos notas seguidas de una canción sin entrar en llanto.
Me muero y ese dolor en el pecho desde ayer se ha vuelto tan típico y consante que por momentos olvido que no debería de estar ahí, todo es tan irreal que a veces me pellizco para despertar de esta horrible pesadilla de terminar de esta forma, de haberme entregado casi un año con toda la intensidad que pude, con toda mi alma, mi ser, mi ser.. mi ser... completo! de pies a cabeza, con todo el espíritu y nada a medias.

Caigo de rodillas y es verdad, ya no puedo más."Siempre hay un poco de locura en el amor, siempre hay un poco de razón en la locura"

Pues aquí no hay nada de razón en la locura, aquí no hay nada de locura en el amor. ¡Esto no es locura! a esto se le llama demencia....

He caido enferma.